La inflación es uno de los conceptos clave de la economía. Hoy explicaremos en qué consiste, qué causas la originan, qué consecuencias produce y, sobre todo, cómo podemos contrarrestarla.
Vivimos en un mundo en el que constantemente experimentamos grandes cambios y en el que la economía lo determina prácticamente todo. En este marco, el precio de lo que adquirimos habitualmente puede reducirse o incrementarse de forma puntual o generalizada.
La inflación es el incremento general y estable de los precios de bienes y servicios en un país a largo de un periodo determinado que suele ser un año. Es importante recalcar que este aumento de precios tiene que afectar a la mayoría de ámbitos y sectores para que se considere inflación, no solo a determinados artículos.
¿Qué implica la inflación?
Su consecuencia directa más obvia es la de la pérdida de valor de nuestro dinero. Si los productos y servicios que adquirimos cotidianamente o para mantener nuestro nivel de vida han incrementado su precio, eso significa que con nuestro dinero podremos comprar menos que antes.
No solo afecta a nuestro día a día, en el que tendremos que hacer frente con el mismo dinero a necesidades cuyo precio de satisfacción es más elevado, también afecta a nuestros ahorros: si tenemos una cantidad considerable ahorrada y pasan diez años, debido a los distintos periodos de inflación, nos encontraremos con la situación de que ese dinero se ha hecho pequeño, ha ido perdiendo valor a medida que la vida se ha ido encareciendo.
¿Qué causas tiene la inflación?
Pueden ser varias las causas que provoquen la inflación en un periodo concreto:
- Cuando hay una gran demanda de bienes y servicios por parte de la población, los precios tienden a aumentar, siguiendo la ley de la oferta y la demanda.
- Cuando el precio de las materias primas se incrementa, los productos también se encarecen para que los productores y empresarios traten de conservar el mismo margen de beneficios.
- En ocasiones, cuando se prevé un fuerte periodo de inflación, se construye una especie de “inflación artificial” elevando los precios de manera progresiva para que la sociedad tenga tiempo de adaptarse.
- En otras ocasiones, en países determinados con fuertes inflaciones, cuando la clase trabajadora de forma generalizada demanda subidas en los salarios para contrarrestarla, los empresarios aumentan los precios para no perder sus beneficios, dando lugar a un círculo vicioso de inflación.
- La falta de previsión por parte de los gobiernos también ha motivado en ocasiones la inflación, emitiendo más dinero de lo que el mercado podía soportar sin presentar variaciones, originando finalmente un incremento de precios debido a una mayor cantidad de dinero en circulación.
¿Cómo contrarrestar la inflación?
La inflación es una situación que afecta de manera periódica a todos los países. Aunque supone la pérdida de poder adquisitivo de forma individual, de forma general no tiene por qué constituir algo negativo, pues es la evolución normal de la economía.
Por supuesto, aunque no sea negativa en sí para un país, ya que significa que se está desarrollando y que el movimiento económico es palpable, tratar de contrarrestarla de forma individual, evitando que los ahorros personales pierdan valor, es una de las decisiones financieras más inteligentes que podemos tomar.
Las distintas inversiones de nuestro capital hacen que este se encuentre en movimiento y que, posiblemente, se desarrolle, superando la inflación e incluso más que eso: ofreciéndonos ganancias.
A largo plazo, contar con una suma de dinero invertida nos permitirá que nuestro colchón financiero nos asegure el futuro y que esa cantidad no solo no pierda valor, sino que lo aumente.
Son varias las formas en las que podemos invertir y poner en circulación nuestro dinero: gracias a operaciones de compraventa de bienes, con la creación o compra de empresas, con la inversión en activos, con la compra de acciones o participaciones y un largo etcétera.
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